A principios de los ochenta el gurú de técnicas de management Tom Peters lanzó el concepto de MBWA – Managing by Wandering Around. En castizo, algo asà como la «gestión de equipos a través del pasilleo».
El plantemiento, simple: la alta dirección obtendrÃa mayores beneficios si interactuase con asiduidad con sus empleados en lugar de aislarse en su lujoso despacho de muebles de diseño. Bajo este prisma, tanto la comunicación informal como el contacto directo, personal, deben convertirse en canales clave de relación con el equipo que posibiliten al directivo conocer de primera mano las impresiones, inquietudes, necesidades, iniciativas y aspiraciones de sus colaboradores.
Aunque el concepto de MBWA surge formalmente en Hewlett-Packard, no era ni mucho menos algo nuevo: el general Eisenhower es un ejemplo de que ya se venÃa utilizando profusamente. Ike, en concreto,  solÃa reunirse frecuentemente con sus tropas y razonaba asàsobre esta práctica: Â
«A veces, he recibido de mis amigos el consejo de que corte mis visitas a las tropas. Ellos lo formulaban diciendo que, dada la gran cantidad de hombres que dependÃan de mÃ, yo sólo podrÃa hablar personalmente con un porcentaje pequeñÃsimo. Por esta razón, ellos argüÃan que yo estaba sencillamente cansándome sin conseguir ningún resultado significativo en lo concerniente a la totalidad del ejército. No estoy de acuerdo con esto. En primer lugar, yo sentÃa que, hablando constantemente con los hombres alistados, obtenÃa impresiones precisas sobre el estado de sus mentes.. Les hablaba de cualquier cosa, mientras continuaba consiguiendo que el soldado me fuese contestando.
Yo sabÃa, por supuesto, que la noticia de mi visita a unos cuantos hombres de una división se extenderÃa rápidamente a toda la unidad. Pensaba que esto invitarÃa a los hombres a hablar con sus superiores y creÃa que este hábito promovÃa la eficiencia. Entre la masa de hombres que llevan un rifle hay una gran cantidad de inventiva y de iniciativa. Si los hombres pueden hablar a sus oficiales con naturalidad y sin reservas, los productos de su inventiva se hacen accesibles a todos. Además, este hábito aumenta la confianza mutua, un sentimiento de camaderÃa que es la esencia del espÃritu de un cuerpo. Un ejército temeroso de sus oficiales nunca es tan bueno como uno que confÃa en sus lÃderes»
Y tu jefe, ¿es de los que pasillean o de los que se encierran en su confortable despacho?
PD: Post basado en una de las lecturas del módulo de Dirección de personas en las organizaciones del PDD del IESE.
Un tid
14 years ago
Supongo que hablamos de los jefazos, la alta dirección. En mi caso viven en su bunker, casi parece que les asquea cruzarse con el pueblo llano en los pasillos. El anterior sà que debÃa haber leido algo sobre esto del MBWA porque organizaba desayunos periódicos a los que invitaba a grupos reducidos de empleados elegidos al azar para charlar con ellos. Era interesante.
Robert
14 years ago
El mÃo claro que pasillea: de su butacón a la cafeterÃa y vuelta