Sé lo que me vais a decir: suena exactamente igual que cualquiera de esas cadenas de correos que llegan periódicamente a nuestro buzón y que al menos yo siempre maldigo. Pero esta vez es diferente: no es algo que le haya sucedido o haya presenciado la cuñada del primo hermano del peluquero que afeita la barba al portero de mi edificio. He sido testigo directo. La semana pasada ya me lo habÃa comentado un familiar próximo, aunque reconozco que no presté demasiada atención. Tras lo visto esta tarde, empiezo a tomármelo en serio. Tan en serio, de hecho, como para colgar aquà este aviso a navegantes.
Desde hace semanas, los (sufridos) habitantes de Madrid pueden disfrutar de un nuevo espectáculo en sus calles (y esta vez no está patrocinado por el ayuntamiento): talentosos equilibristas que, encaramados en posturas casi imposibles sobre los contenedores destinados a depositar papel para su reciclaje tratan de extraer su contenido. Alguno me dirá que no es nuevo; se hacen con el cartón y papel para reciclar y lo venden por otro lado. Y hasta hace un par de horas le darÃa la razón. Lo que ahora es diferente es que no persiguen vaciar el contenedor. Buscan un botÃn mucho más concreto y jugoso: tus recibos bancarios.
Mi caso: volviendo a mi domicilio esta misma tarde reparo en dos tipos, uno de cintura para adentro en el contenedor y otro fuera en actitud vigilante, alerta. Advertido como estaba por el comentario de ese familiar opto por aguardar unos instantes a ver qué sucede, todavÃa en el interior de mi vehÃculo para no ponerles sobre aviso. Tras unos minutos (no más de dos) el tipo en el interior del contenedor, sacando el brazo, hace una señal a su compañero para que le ayude a bajar. Lo hace con un puñado de papeles en su mano derecha. Es entonces cuando decido salir de mi coche y me dirijo hacia ellos distraÃdamente. Antes de que esté lo suficiente cerca como para preguntarles qué están haciendo se percatan de mi presencia y salen corriendo como alma que lleva el diablo. En su huÃda dejan caer buena parte de los papeles que acaban de rescatar del contenedor. Como me temÃa son recibos y extractos bancarios. Obviamente no tengo constancia de lo que persiguen haciéndose con la información que éstos contienen, pero estaréis de acuerdo conmigo en que muy probablemente nada bueno.
Lo dicho, madrileños, ojito con lo que recicláis. Os puede salir muy caro.
Dori
13 years ago
El estado debe expulsar a los estranjeros que no se pueden integrar, para protejer la imagen de los que si lo hacen.
vladi
13 years ago
El estado es un coloso que tarda en reacionar, roban el papel reciclado por los cidadanos, esto es financiar los parasitas.
andresvegas
14 years ago
Hola agy, como sigan las cosas asà tendrás que decirnos dónde compraste la destructora 🙂
PD: Me he pasado también por el tuyo y te devuelvo la enhorabuena.
agy
14 years ago
Siempre he sido un poco paranoico con estas cosas. De hecho llegué a comprarme una destructora de documentos tras comprobar lo fácil que era recuperar y reconstruir «información relevante» sobre mi a partir de media docena de «inocentes» recibos del banco o cualquier compañÃa de suministro… Lamentablemente, en el buzón tampoco están a salvo pues la mayor parte de los buzones se abren con una horquilla y un poco de maña.
Creo que la factura electrónica es la única solución.
P.D. Enhorabuena por el blog.
Fer
14 years ago
Algo parecido me contó mi hermano precisamente ayer, habra que estar al tanto de lo que reciclamos