Muchos conoceréis la historia de Dave Carroll: en marzo de 2008 tomaba un vuelo en Halifax (Canadá) operado por United Airlines junto con su banda Sons of Maxwell con destino a Nebraska; en una escala en el aeropuerto de Chicago la guitarra de Dave sufrió daños durante su manipulación por parte del equipo de tierra de la compañÃa aérea. Tras sucesivos e infructuosos intentos por obtener algún tipo de compensación del servicio de atención al cliente de United, David optó por otra vÃa para manifestar su reclamación: en su último contacto con los agentes de la aerolÃnea les anunció que crearÃa hasta tres vÃdeos musicales en YouTube describiendo su experiencia para que fueran difundidos mundialmente.
El primero de ellos se publicó el 6 de julio de 2009. En tan sólo unas horas habÃa sido visionado más de 150.000 veces y en tres dÃas alcanzó el medio millón de visualizaciones, un impacto que suscitó el interés de los medios de comunicación tradicionales, que contribuyeron a incrementar su popularidad. Un mes y medio después, cinco millones de personas habÃan visto el vÃdeo de Dave (hoy, dos años después, son ya más de diez millones) y el tema musical del vÃdeo alcanzaba el primer puesto del ranking de ventas de la tienda de iTunes en Canadá. El 17 de agosto de 2009 Dave lanza su segundo vÃdeo y el 1 de marzo de 2010 el tercero. Para entonces United ya habÃa reaccionado ante la notoriedad que habÃa cobrado el incidente, se habÃa puesto en contacto nuevamente con Dave y le habÃa ofrecido una compensación que finalmente se tradujo, ante la negativa de éste a recibir el tardÃo ofrecimiento, en una donación a una institución educativa. En un último gesto, inclusó acordó con el propio Dave incorporar sus vÃdeos al programa de formación de los equipos de atención al cliente de la compañÃa.
Hasta aquÃ, un caso de libro del efecto que una polÃtica inadecuada de gestión y atención al cliente puede llegar a tener y del potencial impacto que puede derivarse de la actividad en los medios y redes sociales.
Y llegamos a la componente de leyenda: el 22 de julio de 2009, dos semanas después del lanzamiento del primer vÃdeo, un artÃculo en The Times recogÃa la historia de Dave. En él se atribuÃa al episodio una caÃda del 10% del valor de la acción de United (180 millones de dólares por aquel entonces). Ni más ni menos. En su momento se generó cierta controversia al respecto, ya que el dato no era en absoluto correcto, pero desde entonces esa cifra pasó a convertirse en uno de los ingredientes más picantes de la epopeya de Dave. Como es habitual en el mundo 2.0, nadie contrasta ya ningún dato y mucho menos si se trata de uno proveniente de una fuente como el Times y el caso United-Carroll se ha convertido en el paradigma del poder del consumidor y las redes sociales sobre las empresas.
La realidad es que el valor de la acción no cayó ese 10% en el periodo comprendido entre la publicación del vÃdeo y el artÃculo del Times. No cayó un diez, ni un cinco, ni un tres. De hecho, no sólo no cayó, sino que en esas dos semanas la acción se apreció un 17%. Tampoco lo hizo después. Sólo un par de semanas antes del lanzamiento del vÃdeo el valor de la acción de United habÃa tocado fondo después de una caÃda en picado derivada de los múltiples problemas financieros de la compañÃa (situación que redundó en su posterior fusión con Continental) para iniciar a partir de ahà su recuperación. De hecho, durante el mes y medio posterior la empresa prácticamente dobló su valor en bolsa (hoy cotiza del orden de cinco veces más que su valor en la época del vÃdeo). Es decir, la caÃda de la acción fue previa a la aparición de Dave (dos años de caÃda continúa en la que la acción se depreció un 90%), que a efectos de cotización no tuvo ningún efecto. Es más, paradojicamente, si alguien quisiera sacar algún tipo de conclusión del gráfico que recoge la evolución de la cotización del valor en bolsa tratando de correlacionarlo con el vÃdeo de Dave, lo único que podrÃa decir es que resultó una bendición para la compañÃa: desde entonces su valor en bolsa no ha dejado de subir.
Es más, a la luz de los informes de satisfacción, ni tan siquiera podemos hablar de una caÃda relevante en términos de imagen de marca que podamos atribuir al caso Dave. Esto es, no se puede atribuir al buzz generado en torno a él, pese a su notoriedad, un impacto significativo sobre el negocio de United.
Lamentablemente, lo cierto es que el mundo de aquellos que se mueven (nos movemos) en el entorno 2.0 prima el dedo fácil, el retweet rápido y el copy & paste permanente; la historia acerca del brutal impacto sobre la cotización de una de las compañÃas aéreas más relevantes del mundo causado por un simple vÃdeo de un cliente disconforme con el servicio recibido colgado en YouTube ya es un clásico que se cita una y otra vez en innumerables ponencias y cursos sobre las redes sociales como ejemplo paradigmático del poder de estos nuevos canales y la necesidad imperiosa de que las empresas desarrollen sus polÃticas de gestión y presencia en estos medios si no quieren verse en serios problemas. Por descontado, la conferencia en cuestión suele ser impartida por un avezado community manager o gurú del ramo.
¿Las redes sociales y entornos 2.0 son ya una realidad que con el paso del tiempo transformarán el modo en el que las empresas y resto de instituciones se relacionan con sus clientes/usuarios? Por supuesto. Pero pongamos el pie a tierra. Como dicen por el norte, a modiño.
PD: Por cierto, nuestro amigo Dave, fruto de la popularidad que le brindó el caso United breaks guitars, hace un tiempo ya que compagina el mundo de la música con el de la consultorÃa especializada en servicios de atención al cliente. Si estáis interesado puedes contratarle para que imparta una conferencia sobre el tema aquÃ.
andresvegas
12 years ago
Ignacio, ni tan listo ni tan afortunado; observador si acaso. No discuto la influencia de las redes sociales (serÃa un necio hacerlo teniendo en cuenta que trabajo en el sector telco), pero sà querÃa reseñar que hoy por hoy es menor a la que mucha gente opina.
Deduzco de tus palabras que en tu escuela de negocios optaron por la vÃa fácil, la de contar la historia sin profundizar un poco en los datos. Espero que no hayas pagado mucho por el curso.
Ignacio Ramos
12 years ago
Estoy estudiando el caso en una escuela de negocios y mi sorpresa llega cuando entro en esta pagina y me notifican que las acciones de esta compañÃa no solo bajan sino que suben y no debido al señor Carrol, que listo eres o afortunado. Me alegro por ti, pero si cierto es la influencia de la redes sociales en estos momentos. Gracias por todo.
Yop
13 years ago
Me la guardo para desenmascarar cuando toque al avezado gurú de turno, incluyendo el crack del pingüino que comenta Fran.
Estoy con Ricardo, da igual en qué ámbito te muevas, siempre hay listillos para todo
Fran
13 years ago
Pues es uno de los casos que citan en «La estrategia del pingüino», un libro que acaba de publicarse y que venden como referente en temas de comunicación a través de redes sociales.
Ricaldo
13 years ago
En el mundo de la web 2.0, la revolución internet …
…. el mundo sigue igual: la mayorÃa somos muy tontos y unos pocos son muy listos
Marcos
13 years ago
No hace ni dos dÃas que charlaba con un compañero sobre este mismo tema: en muchas ocasiones los profesionales del medio nos dejamos llevar y sobredimensionamos la repercusión real de este mundo. Olvidamos que la mayor parte del mundo ni siquiera sabe lo que es twitter por ejemplo
PachabaPorAqui
13 years ago
ConocÃa la historia, me llamaba la atención que realmente un simple video hubiese tenido tanto impacto pero nuncá llegué a custionarme la validez del dato. Curioso cómo se perpetúan a veces este tipo de historias…
Y más curioso que el tal Dave se gane la vida ahora dando charlitas. Al final amortizó bien el tema de la guitarra!!!