Una vez que pruebas una conexión a Internet sobre fibra óptica se hace difÃcil volver al ADSL; la experiencia de usuario que te brindan tasas de transferencia cinco o diez veces superiores es difÃcilmente equiparable. El problema reside en que, para realmente disfrutar de la velocidad de conexión que la fibra ofrece (los 100/10 Mb de Movistar por ejemplo) debes conectar tu equipo al router por cable; si lo haces mediante WiFi estarás limitado por la capacidad del enlace inalámbrico y, con suerte, llegarás a obtener tasas de 25-30Mb (con los estándares y equipos disponibles actualmente en el mercado de consumo).
Una solución (probablemente la más sencilla y económica si no quieres cablear toda tu casa) es un extensor de red por lÃnea eléctrica. Unos dÃas atrás me decidà por fin a hacerme con uno de estos equipos; llevaba algún tiempo dándole vueltas a la idea y no terminaba de animarme ante la duda de que la tecnologÃa PLC que los soporta  funcionase tal y como promete. No puedo estar más satisfecho: conectas un extensor al router, lo enchufas; conectas el segundo extensor a tu equipo, lo enchufas. Punto. Tasas de descarga sostenidas de 85-90Mb. Cero problemas.
Si te pica la curiosidad: el precio de estos dispositivos ronda los 25-60€ dependiendo de la marca, caracterÃsticas técnicas y punto de venta. Me llegaron buenas referencias de la familia TP-Link y opté por un producto de este fabricante, el TP-Link TL-PA4010. Algo intermedio, ni el más barato ni el más caro, unos 35€ en Amazon. Un pista: resulta recomendable conectar los extensores directamente a la red (y no utilizando un ladrón, regleta o alargador), por lo que no es mala idea elegir modelos con enchufe incorporado (como el 4010) de modo que no veas reducido el número de tomas eléctricas disponibles en tu hogar.
Publicado el 10 de mayo de 2014 a las 15:33