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Jun 14 2010

Sorpresas te da la vida, Internet te da sorpresas

Categoría: social media

Internet, el mundo digital, las redes sociales o como queramos llamar a todo este entorno, no deja de darnos sorpresas. Como la vida misma que diría aquel.

Para muestra, dos botones:

1) Viaje a Japón del año pasado. Tras intensos preparativos elaborando rutas, reservando hoteles, seleccionando visitas, planeando, en definitva, hasta el más mínimo detalle de las semanas que duraría la aventura por Oriente, todo está a punto de irse al traste al poco de comenzar:  el primer de día en tierras niponas, en un alarde de torpeza, pierdo el Japan Rail Pass que habría de permitirme viajar por todo el país haciendo uso de la eficientísima red ferroviaria japonesa. Aclaro que el coste del susodicho pase ascendía por aquel entonces a unos cuantos cientos de euros y, lo que era peor dadas las circunstancias, su venta estaba limitada a ciudadanos extranjeros en viaje turístico siempre y cuando lo adquirieran fuera de Japón. Es decir, una vez allí no había posibilidad de obtener uno, por lo que el panorama resultaba cuanto menos desalentador para mi bolsillo si me veía obligado a tener que comprar los billetes individualmente en taquilla (mantener el recorrido previsto me supondría un desembolso cinco veces superior al importe del pase).

Lo cierto es que no tuve tiempo de sufrir mucho. De hecho, ni llegué a hacerlo. De vuelta al hotel, todavía ignorante de lo sucedido, encendí el portátil para hacer una copia de seguridad de las fotos de la jornada y me conecté a Facebook para mandar noticias a la familia y amigos. Para mi sorpresa, me encuentro el siguiente mensaje de una desconocida (copio textualmente, todavía hoy lo conservo):

Creo que has perdido en Japon tu Japan Rail Pass. Soy una madrileña que se lo ha encontrado en Kyoto. Estamos hospedados en el hotel Court Hotel Kyoto Shijo. Nuestros mails son xxx@yahoo.es y www@gmail.com. Nos llamamos MJ y JS. estamos en la habitación 1007.
Mañana estaremos en Hiroshima, pero por la tarde a última hora estaremos en el hotel. La dirección del hotel es: esquina Shijo Street con Nishino-toin-dori Street., enfrente del hotel Mitsui Garden hotel Kyoto Shijo (es mas conocido). El jueves vamos para Madrid, en caso de que no nos localices te lo dejamos en informacion en la estacion de Kyoto, donde reparten los planos de la ciudad.
Espero que os llegue pronto.
Saludos.

Suerte no, milagro, diréis. Y con razón. Fue una auténtica casualidad que alguien encontrase la tarjeta, que ese alguien fuera una pareja de españoles y que además tuvieran la buena fe de tomarse la molestia de tratar de localizarme. Pero lo que más me sorprendió en su día no fue que esa larga sucesión de factores se diera en mi beneficio, sino el que esta pareja tuviera la brillante idea de buscarme en Facebook, probablemente la única herramienta que, en tales circunstancias, podía hacer posible que llegaran a dar conmigo con tanta celeridad que no sólo mi viaje no se viera trastocado en lo más mínimo, sino que ni tan siquiera tuviera tiempo de echar en falta el dichoso papel.

La historia acabó bien: recuperé el rail pass, aunque lamentablemente no pude coincidir con MJ y JS y lo único que pude hacer para agradecerles su ayuda fue dejarles en su hotel, como muestra de gratitud, una botella del Sake más caro que encontré en la ciudad. Curiosamente, la anécdota se ha convertida en una de mis favoritas de la colección que me traje de Japón.

2) Cambiando por completo de escenario, una pequeña-gran sorpresa que una amiga se ha llevado hace poco. Tiene su toque emotivo y  prefiero que la leáis en lugar de desvelarla aquí. Son dos párrafos, quince segundos de lectura, y os aseguro que merecen la pena.

PD: MJ/JS, si el proceloso Internet os lleva a estas líneas, gracias una vez más.

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Jun 12 2010

Para ver los partidos del mundial…

Categoría: cajón desastre

A más de uno le vendrá bien el próximo miércoles:

http://www.iraqgoals.net

PD: Las gracias, a javipas

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Jun 09 2010

Yo sí apuesto por la videollamada en el móvil

Categoría: marketing / TIC

El lunes se presentó en sociedad el flamante iPhone 4. Entre las novedades más reseñadas respecto a versiones anteriores del dispositivo figura la videollamada (eso sí, bajo formato propietario de Apple – FaceTime -y en principio limitado a este terminal).

La videollamada no es ni mucho menos un servicio novedoso. De hecho figura desde hace años, más ó menos arrinconado, en el catálogo de prácticamente cualquier operador de telefonía, tanto para terminales fijos como para móviles. Hasta la fecha, sin embargo, el servicio no ha terminado de cuajar en el mercado. El éxito de la las videoconferencias a través de aplicaciones como Skype o el MSN en ningún momento se ha extendido al móvil y aún menos al teléfono fijo; coste, necesidad de terminales específicos, usabilidad… los argumentos para explicar el rechazo del usuario a este servicio son múltiples. Los operadores de telecomunicaciones habían creído entender el mensaje y aparentemente habían renunciado a continuar explorando nuevas posibilidades de desarrollar este nicho de mercado.

Por eso me extrañó sobremanera cuando el año pasado pude comprobar en primera persona el éxito del servicio en el mercado japonés; prácticamente todos los terminales de última generación venían provistos de su correspondiente cámara de vídeo para realizar este tipo de llamadas y era muy frecuente observar a usuarios (fundamentalmente los más jóvenes) establecer conversaciones en cualquier momento y lugar haciendo uso del servicio.

Recuerdo que a mi regreso a España saqué el tema a debate con algunos compañeros, apostando por el resurgir de esta aplicación del terminal móvil y el recorrido potencial que podría ofrecer. Pocos se mostraron de acuerdo conmigo, apoyándose en la experiencia previa en el mercado español y justificando el éxito del servicio en tierras niponas con el clásico «aquello es otra cosa, aquí jamás funcionará» (frase, por cierto, reconocida por la cantidad de veces que se repetía en los estudios previos al lanzamiento masivo de la telefonía móvil: esto es una cosa para yuppies, ¿quién va a querer ir hablando por la calle o en el autobús para que todo el mundo te escuche?).

Ayer, Apple mostró que apuesta decididamente por la videollamada en el móvil. Y si me quedaba alguna duda acerca del futuro del servicio, se disipó por completo. En dos telediarios sonreir a la cámara mientras conversamos a través del móvil será la cosa más normal del mundo. Otro par de telediarios y nos encontraremos retransmitiendo en tiempo real lo que nos rodea a través de la cámara de nuestro móvil; y no lo haremos ya para un único receptor, sino para el mundo, de la misma manera que hoy usamos Facebook o Twitter para compartir con texto o imágenes lo que hacemos. Una vez más, Apple ha sabido ver más allá.

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Jun 07 2010

MBWA o cómo aprender de un general

Categoría: empresa

A principios de los ochenta el gurú de técnicas de management Tom Peters lanzó el concepto de MBWA – Managing by Wandering Around. En castizo, algo así como la «gestión de equipos a través del pasilleo».

El plantemiento, simple: la alta dirección obtendría mayores beneficios si interactuase con asiduidad con sus empleados en lugar de aislarse en su lujoso despacho de muebles de diseño. Bajo este prisma,  tanto la comunicación informal como el contacto directo, personal, deben convertirse en canales clave de relación con el equipo que posibiliten al directivo conocer de primera mano las impresiones, inquietudes, necesidades, iniciativas y aspiraciones de sus colaboradores.

Aunque el concepto de MBWA surge formalmente en Hewlett-Packard, no era ni mucho menos algo nuevo:  el general Eisenhower es un ejemplo de que ya se venía utilizando profusamente. Ike, en concreto,  solía reunirse frecuentemente con sus tropas y razonaba así sobre esta práctica:  

«A veces, he recibido de mis amigos el consejo de que corte mis visitas a las tropas. Ellos lo formulaban diciendo que, dada la gran cantidad de hombres que dependían de mí, yo sólo podría hablar personalmente con un porcentaje pequeñísimo. Por esta razón, ellos argüían que yo estaba sencillamente cansándome sin conseguir ningún resultado significativo en lo concerniente a la totalidad del ejército. No estoy de acuerdo con esto. En primer lugar, yo sentía que, hablando constantemente con los hombres alistados, obtenía impresiones precisas sobre el estado de sus mentes.. Les hablaba de cualquier cosa, mientras continuaba consiguiendo que el soldado me fuese contestando.

Yo sabía, por supuesto, que la noticia de mi visita a unos cuantos hombres de una división se extendería rápidamente a toda la unidad. Pensaba que esto invitaría a los hombres a hablar con sus superiores y creía que este hábito promovía la eficiencia. Entre la masa de hombres que llevan un rifle hay una gran cantidad de inventiva y de iniciativa. Si los hombres pueden hablar a sus oficiales con naturalidad y sin reservas, los productos de su inventiva se hacen accesibles a todos. Además, este hábito aumenta la confianza mutua, un sentimiento de camadería que es la esencia del espíritu de un cuerpo. Un ejército temeroso de sus oficiales nunca es tan bueno como uno que confía en sus líderes»

Y tu jefe, ¿es de los que pasillean o de los que se encierran en su confortable despacho?

PD: Post basado en una de las lecturas del módulo de Dirección de personas en las organizaciones del PDD del IESE.