Sep
25
2014
Categoría: forecasting
El mundo del big data, la analítica predictiva, la minería de datos y aledaños es un cajón desastre en el que se pueden encontrar perfiles profesionales (y personales) de lo más variopinto (de recién llegados con aires de gurú, intrusos varios y personajes de diversa calaña ya hablaremos otro día): desde el matemático loco, obsesionado por refinar por enésima vez ese algoritmo casi desgastado de tanto usarse, hasta el informático ferviente creyente en las infinitas capacidades de la inteligencia artificial, pasando por el estadístico defensor acérrimo de un buen análisis multifactorial y el ingeniero pragmático que apuesta por ir cogiendo de aquí y allá lo que unos y otros van aportando (me incluyo, claro está, en esta última categoría).
Pero todos, al menos los que realmente llevan un rato en esto (y, por qué no decirlo, los que realmente saben algo de este mundo y no se han limitado a subirse a la ola del último buzzword de moda), comparten (o compartimos) algo en común: un bautizo en este mundo construido sobre el trinomio deportes-bolsa-política (esta última, aplica sólo en el caso yankee). Creo que no hay experto en este mundo que no haya dado sus primeros pasos desarrollando sus propios modelos para predecir los resultados del campeonato de fútbol, baloncesto o beisbol o que no haya hecho lo propio para tratar de predecir los vaivenes de los mercados financieros. Al otro lado del charco, suman a estas aficiones la política y el forecasting de elecciones es lo más parecido a un hobby para muchos (obligado citar, llegados a este punto, a Nate Silver, que construyó toda la reputación de la que hoy goza en el campo de la analítica predictiva tras conseguir desarrollar un modelo capaz de predecir el ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2008 en 49 de los 50 estados del país. Añadamos que antes de aventurarse en el mundo del análisis electoral Nate pasó una buena temporada desarrollando modelos para la predicción del desempeño futuro de jugadores de béisbol).
En mi caso, dediqué hace casi mil años un buen puñado de horas a desarrollar un modelo predictivo sobre los resultados de la liga de fútbol. El proceso incluyó hackear el (por esa época) legendario juego de gestión deportiva PC Fútbol para hacerme con su base de datos histórica y dedicar su buen tiempo a procesarla y corregirla (sí, tenía no pocos errores que afloraban una y otra vez al correr los modelos). El ejercicio, muy próximo ya al momento de la verdad, terminó abruptamente cuando mi odiado Windows decidió que era una buen momento para dejar de funcionar y de la noche a la mañana perdí todo mi trabajo. No, no tenía copia de seguridad y la idea de volver a comenzar de cero se me hizo una tarea titánica. Me pasé a la bolsa, pero esa es otra historia.
En definitiva, ¿buscáis un experto de verdad en esto del big data, la minería de datos y alrededores? Simplemente preguntadle cómo empezó…
Ago
28
2014
Categoría: estrategia
Algo que tenía pendiente desde hacía tiempo y que aprovechando el periodo vacacional elimino de la lista de to-do’s: una breve selección de cursos on-line gratuitos y lecturas introductoras a la teoría de juegos y la estrategia competitiva. La bibliografía sobre este campo es sumamente amplia y es relativamente fácil perderse en ella. Mi intención aquí es facilitar al interesado en empezar a dar sus primeros pasos en este campo un par de referencias de partida que le proporcionen las nociones esenciales de este apasionante mundo desde una aproximación lo suficientemente sencilla que las hagan asequibles hasta para el más puro neófito.
Sin más preámbulos:
Cursos
– Curso online Game Theory de la universidad de Stanford. Introducción a los conceptos básicos (y no tan básicos) de la teoría de juegos. Muy recomendable, aunque puede exigir una cierta dedicación para llegar a dominar todos los conceptos presentados.
– Curso online Game Theory II: Advanced Applications de la universidad de Stanford. Continuación del anterior y probablemente un tanto sofisticado para el recién llegado a este campo.
En ambos casos el formato de los cursos consta de lecciones grabadas en vídeos acompañadas de una serie de ejercicios online y un foro en el que resolver cualquier duda que pueda surgir. Opcionalmente puede realizarse un examen final que al superarlo otorga un reconocimiento formal de aprovechamiento del curso.
– Curso online Competitive Strategy de la universidad de Munich en Coursera. Introducción a la estrategia competitiva desde los principios básicos de la teoría de juegos. Relativamente ameno, aún no resultando tan exhaustivo como los cursos ofrecidos por Stanford puede ser la opción más atractiva para el principiante.
Lecturas
– The art of strategy: De fácil lectura, obviando todo formalismo matemático sin renunciar por ello a ofrecer un enfoque riguroso y completo de los principio de la teoría de juegos. Best-seller de la categoría y lectura obligada sin duda alguna si lo que perseguimos es un baño rápido de teoría de juegos.
– eBook gratuito A Brief Introduction to the Basics of Game Theory. 21 páginas que condensan en formato de apuntes buena parte del curso introductorio de Game Theory de Stanford (su autor, Matthew O. Jackson, es uno de los coordinadores del mismo). Útil como guía rápida de consulta del novato en estas lides.
Espero que alguno se anime…
Jul
25
2014
Categoría: forecasting
He desarrollado buena parte de mi carrera profesional en áreas de inteligencia y estrategia, en las que la elaboración de análisis y previsiones de toda índole es el pan de cada día. La evolución del entorno macroeconómico del país y su impacto en las perspectivas de la compañía es un campo de trabajo obligado y durante los últimos años la pregunta ¿cuándo terminará la crisis? ha sido recurrente. Durante este periodo mis equipos han desarrollado diversos modelos econométricos que nos permitieran anticipar variables como la senda de erosión del tejido empresarial, la evolución del PIB o el impacto del deterioro macro sobre la tasa de empleo, la población del país o la renta per capita. Modelos más ó menos sofisticados que palidecen ante la sencillez y clarividencia de un indicador con un valor predictor mucho más relevante: el atún de la ensalda mixta.
Por partes. Wikipedia:
En España, el término ensalada suele referirse a la combinación de lechuga, tomate y cebolla, aliñada con aceite de oliva, vinagre de vino blanco y sal. Se suele llamar ensalada mixta a la que tiene atún, aunque hay muchos ingredientes que se suelen añadir sin que por ello cambie de nombre el plato, tales como cebolleta, pepino o huevo duro.
Nada nuevo aparentemente: desde la noche de los tiempos una ensalada mixta en este país incluye entre sus ingredientes una porción de atún.
Y, sin embargo, el observador avezado se habrá percatado a estas alturas del creciente número de restaurantes que desde hace largos meses han optado por obviar el atún de su ensalada mixta. El motivo, evidentemente, tratar de reducir el coste del producto y mejorar un tanto su tasa de rentabilidad.
¿Cuánto tiempo tardaremos en superar la crisis? ¿Cuándo podremos decir que hemos recuperado realmente niveles de bienestar equiparables al contexto pre-crisis? La respuesta es fácil: podremos decir que la crisis definitivamente ha quedado atrás cuando comprobemos que el restaurante de la esquina vuelve a colocar su porción de atún en la ensalada. Tan simple como eso.
PD: Sigo creyendo que la vía alternativa para salir de la crisis que en su día comentamos podría haber hecho las cosas mucho más fáciles 😉
May
18
2014
Categoría: cajón desastre
Otra compra reciente que puede interesar a alguien: buscaba un terminal móvil para una persona mayor (aplicaría igualmente para personas con problemas de visión y/o audición). Requisitos: un tamaño manejable, pantalla y teclas tan grandes como sea posible, volumen elevado y un funcionamiento básico (dirigido fundamentalmente a atender y realizar llamadas) que se traduzca en prolongadas duraciones de batería.
La solución: el Amplicom M6200. Un terminal que recuerda a un pequeño teléfono fijo inalámbrico (incluye una base de carga que refuerza la similitud) y que responde sobradamente a todos mis requerimientos, además de incorporar alguna que otra funcionalidad adicional igualmente interesante; entre ellas, el botón de alarma que permite configurar hasta cinco números a los que el terminal llama automáticamente en caso de emergencia. La pantalla cumple todas mis expectativas, el volumen del timbre de llamada es sencillamente brutal y la batería dura «como en los viejos tiempos», en los que uno cargaba su móvil cada cuatro o cinco días. El uso habitual de la base de carga, además, invita a olvidarnos de tener que preocuparnos de ello.
Evidentemente, la sencillez del dispositivo (y, por ende, de su software) se traduce en la imposibilidad de instalar aplicaciones (léase, Whatsapp, sistemas de navegación y similares). Una limitación que se compensa sobradamente por las ventajas que ofrece para este tipo de público. Por si fuera poco, un precio de escándalo (rondando los 30€) que ha conducido a que el M6200 se haya convertido en un éxito de ventas.
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